
sobre el horizonte, una luz diferente.
Un día nuevo para muñecas de carne
que dosifican su empatía... para no sufrir tanto.
Cada día anochece con una luz distinta
y en la cama, tampoco la luz es la misma,
que dosifica su empatía para no soñar tanto.
Muñecas de papel y témpera, que apenas
se limpian la cara, vuelven a ser las chicas
que desearon ser. Guerreras de asfalto
compiten por llorar a ratos.
La crítica sostenida encuentra su por qué. ABPG