23.6.06

Concursos literarios

Los concursos son a los escritores lo que las oposiciones a los opositores; algo, que me ha hecho pensar la última entrada de Ismael titulada "opositores" http://ismaelrozalen.blogspot.com/ Una vez ganada la plaza, tienes el campo abierto. Es cierto que es entonces, cuando inicia el trabajo: el pulso con quien te ha leído y con quien declara abiertamente no querer leerte. Es un reto que no concibe ni experimenta el opositor, pero es un reto con uno mismo, y en eso si hay posibles traslaciones.
Anhelar un puesto en el mercado editorial, es prepararse para competir con otros muchos que tienen ya de partida una nota alta, interinos de las letras.
¿Con qué soñará realmente, quien gusta de escribir y quiere ver un libro suyo impreso?.
Por un tiempo he saboreado energicamente el deseo de escribir para otros, ahora solo lo acaricio. Realmente si ganase un premio, me daría vergüenza presentarme ante un auditorio, y esto es lo que no tengo en común con los escritores, que aman vanagloriarse o algo cercano al narcisismo, que no sabría precisar. Es esto mismo, lo que me acerca a los opositores. Imagino que con una valeriana superfuerte, muchos han superado este trago, que confesaban también experimentar escritores ya consagrados. Tampoco tengo suerte en aquellos otros espacios exclusivamente de mujeres, porque hay que ajustarse exactamente al perfil, y yo como buena yo, no me ajusto a nada.
Desde luego lo que me aleja del todo de estos últimos es el hecho de vivir una experiencia repetida, algo que efectivamente me asocia con escritores, sociólogos y gente de buen vivir. Por eso, yo soy excritora, y no escritora (que es un juego de palabras y no significa que haya dejado de opositar)... para ser esto último he de desaprender mucho. Desaprender que no es nada extraño presentarse con una copia bajo el brazo en el despacho de un editor.
Y así, como es tan difícil ganar un premio, como reconocen muchos escritores, pues tengo ya, mi parte de justificación. Tengo entendido no obstante, que hay escritores que se preparan concienzudamente para los premios literarios, estudiando al jurado y su adscripción. Eso se lo oí decir a uno de los escritores latinoamericanos más famosos de hoy. Aclara no obstante mucho las cosas, Alvaro Valverde en http://mayora.blogspot.com/