24.9.06

Vida electricista



Juro que desde hoy intentaré no ser maniaca-dependiente de ningún hombre en estas cosas, pero es que yo pensé que los casquillos de las luces los vendían con los cables ya puestos; tampoco sabía que hay tres cables distintos, y que uno de ellos es el de "tierra" -¡bonito nombre!-, que es verde, o verde y blanco y ese no se mete en el casquillo...
Para empezar, me he comprado una caja transparente con miles de compartimentos, y la he llenado de cosas que hasta ahora desconocía tuviesen nombre, de hecho ahora casi ni lo recuerdo... Luego he comprado una caja con destornilladores de varios tamaños y medidas, alicates casi de juguete -la pena es que es un poco triste, de color gris, pero ya se utilizarlos. Ahora sé porqué Quique aprecia esas cosas tanto. He sabido, que si al final de la goma del lavavajilas se le pone un enlace, para que desagüe en fregadero, la goma no se dobla y la instalación tiene el éxito garantizado por muchos años. La lavadora lo tenia, pero el lavavajillas no; y yo me he ido a comprarlo; parece que un poco grande, aunque según el ferretero era el único que se vendía. ¡Pili, cuñááa, seguro que tú tienes más!.
Nunca había tenido un cajón tan lleno de cables y herramientas como los que he logrado reunir hasta la fecha. De todas formas, el pie de lámpara que monté, para la habitación de Javier, cada vez se arquea más y da más pena. De momento he desistido, y lo tengo castigadito en el patio hasta que se me ocurra otra idea.
En fin, la de cosas que se aprenden!. De todas formas, mi amiga Isabel, ha organizado una cuadrilla de profesores de inglés, de arte, y de no se que más... pa que me vengan a explicar, porqué cabolo, no funcionan ciertos casquillos que he montado, y cómo colocar lo que queda por colocar. ¡Angel, Elías, y quien quiera que se apunte!, ahí teneís la caja de herramientas, que os espera para ser adiestrada con urgencia!, también ese pie de lámpara que a fuerza de torcerse, ya me está jorobando a mí.