24.3.08

En paz estoy y así deseo continuar

Muerte iracunda
y callada.


Desliando el ovillo
la madeja desaparece,
como ya hizo Teseo
con Ariadna.

Anclada,
al suelo pegada,
el cielo protector
de mi no quiere nada.

Camino de veredas
nunca encontradas.
Aparecen señas
que como recuerdos,
tal vez no digan
palabras.

Muerte tranquila
es la deseada,
pero no existe
ninguna que sea
silenciada.

Vida que me llama
y me obliga a respirar,
como a llorar me insta
como a combatir,
a no paralizarme jamás.

Muerte iracunda
muerte callada.
Yo,
tranquila deseo estar.


En paz.
No la logro
y estoy en paz.