"Profesor de Sociología en la Facultad de Educación y en la de Ciencias Sociales de la Universidad de Salamanca, era un investigador de proyección internacional, autor de varios libros, múltiples estudios y artículos especialmente relacionados con la educación y la inmigración...."
Parece ser, que has muerto.
Ultimamente se cruza la muerte en exceso por aquí... y según mi propia leyenda, los conocidos te llevan hacia ella.
Hoy no debo temer... porque yo no conocía a Eduardo Terrén, aunque me hubiera gustado conocerle y mis amigos que lo eran de él, así me lo dicen.
Colaboró con Tavira, nuestra revista, en su número 23 que trataba sobre La condición posmoderna de las tareas educativas... y realmente de forma desinteresada, sin conocernos, quiso ofrecernos su mano, una mano que yo ya no estrecharé. Hablamos varias veces por correo. No sabemos cómo, le llegaron más separatas a él que a la compañera con la que escribía el artículo... y le pedí de nuevo otro favor: que las compartiera.
Terrén tenía un año más que yo... arresgaba su vida con dos cosas que yo conozca:Hoy no debo temer... porque yo no conocía a Eduardo Terrén, aunque me hubiera gustado conocerle y mis amigos que lo eran de él, así me lo dicen.
Colaboró con Tavira, nuestra revista, en su número 23 que trataba sobre La condición posmoderna de las tareas educativas... y realmente de forma desinteresada, sin conocernos, quiso ofrecernos su mano, una mano que yo ya no estrecharé. Hablamos varias veces por correo. No sabemos cómo, le llegaron más separatas a él que a la compañera con la que escribía el artículo... y le pedí de nuevo otro favor: que las compartiera.
Una era la universidad (a la que sobrevivió y en la que se hizo un bello espacio... algo nada fácil teniendo cerca a compañeros muy sobresalientes).
Otro, los deportes de riesgo... donde ha protagonizado su propia muerte.No voy a hablar de la importancia de la vida, y de lo inoportuno que son los accidentes, solo voy a decir... que no pude estrechar su mano ni conocerle y que realmente lo siento. Lo siento Eduardo. No todo el mundo sobrevive a la universidad.
Lo siento por tu mujer, tus hijos y tus amigos.
Hay que cerrar el cerco de la muerte, girar la cara o subirla y empezar a inventarse de nuevo. No conozco mejor forma para cerrar el cerco de la muerte que escribir y por eso dedico a los amigos que estrecharon lazos conmigo... estas líneas.
No pudimos tenderte esa mano. Tú nos la ofreciste a otros.
No pudimos tenderte esa mano. Tú nos la ofreciste a otros.
