9.12.08

AMAZONE

Las mujeres jirafa
cuelgan la mirada sobre cirros,
sondean el espacio
deformando su cuello
en espiral de bronce
y descansan la mente
sobre siete anillos dorados.

Las mujeres chinas
oprimen los huesos de sus pies
hasta quebrarlos,
quebrando su carácter,
y aguantan el dolor
al doblegar un empeine
a siete centímetros sumisos.

Las mujeres de hierro
se convierten en cueva.
Frágiles como juncos
se visten la armadura diaria.
Conviven en tu casa
sin sonrisa de hiena
y están en cualquier parte
sin pedestal de barro
ni cabeza de piedra
durante siete días.

Poema de Myriam Rubio