AMAZONE
Las mujeres jirafa
cuelgan la mirada sobre cirros,
sondean el espacio
deformando su cuello
en espiral de bronce
y descansan la mente
sobre siete anillos dorados.
Las mujeres chinas
oprimen los huesos de sus pies
hasta quebrarlos,
quebrando su carácter,
y aguantan el dolor
al doblegar un empeine
a siete centímetros sumisos.
Las mujeres de hierro
se convierten en cueva.
Frágiles como juncos
se visten la armadura diaria.
Conviven en tu casa
sin sonrisa de hiena
y están en cualquier parte
sin pedestal de barro
ni cabeza de piedra
durante siete días.
Poema de Myriam Rubio