20.1.10

Fin de semana perdido

Es más que una colección de poemas. Nos habla de un autor recuperado, en proceso. Los versos que suenan solos, prolongando su eco, con una fuerza más desgarradora aún que las canciones..., son un regalo. Piquero nos hace un regalo:
A veces atormentado, otras juguetón, otras descarado... el último libro de poemas es un regalo para percibir sentimientos.
Hay quien se conforma con compararlo con el realismo sucio de Bukowski; otros, con desmontar tanto su parecido con aquel, como los versos del autor tan maldito como consagrado al mismo tiempo.
Una primera impresión puede impresionar en exceso. No es un juego de palabras, es más.
Me suenan con eco sus poesías, pero desgarradoras son especialmente para mí : Alicia ya no vive aquí con ese soniquete que dice:

"Se busca a Alicia. Descripción:
pequeño cuerpo, tetas como niños dormidos.
En su culo anidaba nuestra felicidad
y en su cabeza todos los errores..."

o esa otra titulada Inestimable, que empieza diciendo:

"Francamente, lo tuyo no tiene buen aspecto.
Te has parado en el tiempo, como en un gran atasco..."
Y cómo no hablar de Extraviados, otro de los poemas mágicos o que aparte de eco, tiene patas para mí!.



 La Nota  final desvela formas, y formación del autor. No creo que la poesía pueda permitirse el lujo de situarse entre el elitismo (... más allá del bien o incluso del mal),  hoy que vuelve a tomar fuerza por la inmediatez  de la sociedad postindustrial y telemática. No hay poemas para analfabetos en el mundo en que analfabeto es no utilizar modernas tecnologías. 
Los poemas de Piquero suenan y retumban. Es porque me acercan a los extravíos, o mejor que me acercan un poco a Plasencia... y a mis "eXtrAvíos por el mundo".
Si hay que discutir algo de su libro de poemas es el título ya que por definición tal no existe, aunque es cierto que es hermoso llamar a un libro de poemas así. El exceso bukowskiano no existe por tanto como tal.