29.1.06

¿POR QUÉ...TE RECUERDO?


Estás en algún sitio, y yo no se donde.
Compartes tareas con otros, amas talvez a alguien, pasas solo las tardes o quizá las noches; comes deprisa, apenas escribes, tienes más arrugas y has cambiado las gafas. Yo las recuerdo muy vagamente: creo que eran negras y de vez en vez brillaban, acompañaban al brillo de tus ojos, que me sonreían con complicidad, como la de un amigo coyote.

Tus manos eran largas y huesudas, con nudos muy pronunciados, y aplanadas en los extremos de sus falanges; las uñas casi cuadradas y rosáceas. Yo me fijaba en ellas, porque observaba todo lo que tú hacías.

Te adorábamos ciegamente, porque hablabas a cada una según su lenguaje.

No se ahora donde estás, aunque siempre pregunto por ti.
Mi niña de diez años siempre pregunta por ti. Quiere volver a serlo pero ya no puede; quiere volver a verte, pero ya no estás. Ella, ya casi, tampoco está. ABPG

Dedicado a mi profesor Alberto