24.12.06

Los Deseantes de la Navidad

Hace tiempo averigué, que hay quien es "deseante" y que por tanto se destaca entre el resto, por unos rasgos fácilmente diferenciables: se acerca en exceso a la situación de riesgo; suele renunciar a la mayor parte de los bienes mundanos y ve en cosas sin importancia placeres absolutos que no puede absolutamente perder; no ve en la vida cotidiana motivos de felicidad, tan solo siente breves momentos de extrema alegría o tristeza que le hacen especialmente alegre o triste, algo cercano a la euforia o a la melancolía; su carácter taciturno y poco común, le hacen disputar con los más cercanos respecto a las cosas más nimias.
Conscientes o no de ello, los deseantes lo son sin más.
Los deseantes, se reconocen entre sí, y sin embargo los demás piensan de ellos que son raros o están locos, porque no entienden sus acciones en busca de la felicidad.

Hace tiempo me convencí, que existen llaves que abren los deseos de las gentes, y que hay personas, que saben utilizar particularmente bien esas llaves. Hay quien es consciente de que son tales, llaves, y quien no sabiéndolo provoca los mismos efectos. Conmigo así pasó, alguién me abrió a ese camino, pero dudo de que yo sepa ahora utilizar para otros esa llave.
Lo más importante no cuesta dinero, pero es verdaderamente caro, y difícil de encontrar.
Hoy paseando por una calle italiana llena de kioskos navideños que venden cosas absurdas y baratas, me he percatado que todos los seres humanos, tenemos al menos una parte deseante, que permece dormida y que despierta en breves instantes... cuando se dan las condiciones, por ejemplo en navidad; luego, como de forma automática, vuelve al sonambulismo porque no es útil para la vida cotidiana. Es más práctico ser un "no deseante"... sin embargo a mí me gustan esos momentos de confusión, de absoluto riesgo, a cambio de la clarividencia momentanea que tiene un deseante.
Desearía que nuestra capacidad de desear, no acabase en el kiosko navideño de nuestra ciudad, cuando todo se desmonte... porque ha acabado la navidad. Con cariño, Beatriz. .. y ahora me voy a preparar la adorada cena de nochegüena, esta vez estamos solo cuatro.