Cada uno, tiene una forma de escapar, reinventando la realidad...
¡que no me digan los racionales que no!; ocurre solo, que en unos casos, ésta es más creativa,
en otros, más logística, etc. Por ejemplo, la manía que algunos tienen por
ordenar lo ya ordenado. Pero todas, sin duda son envolventes, nos seducen e
hipnotizan, y es por eso que existen, es ese su efecto:
narcotizar lo cotidiano.
En otros casos, creo que hablan de obsesión, huída, incluso neurosis o
tabla de salvación en una sociedad racionalizada. La naturaleza escapista, del ser humano, es no obstante, un buen argumento, para justificar cualquier cosa. Y yo, he de confesarlo,
tengo una pronunciada tendencia escapista.
¡que no me digan los racionales que no!; ocurre solo, que en unos casos, ésta es más creativa,
en otros, más logística, etc. Por ejemplo, la manía que algunos tienen por
ordenar lo ya ordenado. Pero todas, sin duda son envolventes, nos seducen e
hipnotizan, y es por eso que existen, es ese su efecto:
narcotizar lo cotidiano.
En otros casos, creo que hablan de obsesión, huída, incluso neurosis o
tabla de salvación en una sociedad racionalizada. La naturaleza escapista, del ser humano, es no obstante, un buen argumento, para justificar cualquier cosa. Y yo, he de confesarlo,
tengo una pronunciada tendencia escapista.
Imagen: El hijo del hombre Magritte
