14.9.07

Imagina...

Imagínate un día con tormenta, a la luz de unas velas y sentada desnuda frente a tu amante: besos, gimoteos, y mucho más.

Imagínate un día con sol, gente muy feliz, un hermano se casa: Trajes de ocasión, un maquillaje bueno, un peinado especial, flores, concesiones especiales; comida abundante, bebida hasta no poder más; dices al suegro lo que nunca pudiste decir y te paseas del brazo del más insoportable de la familia; champang, licores y mucho más... mucho más.

Imagínate un día con lluvia, gente muy feliz, un hijo que ha nacido: sonries hasta a quien no conoces, invitas a los vecinos a una copa en el bar al que entras a por tabaco, hueles a colonia infantil y a caquitas primorosas y mucho más.

Imagínate que viene la enfermedad y que la soledad es la que acompaña.

Imagínate un día nublado, gente de circunstancia y un trago que no quieres engullir: tu madre se ha muerto; el cura en la iglesia; dolor, desesperación, recuerdo de anécdotas sin sentido que te hacen llorar, gente vestida de negro; la caja que llevas sobre tus espaldas; ojeras hasta la barbilla y aguante al menos durante dos horas de una película de terror, hasta que el cuerpo abandonado se encierra por siempre en la oscuridad.
Es igual la muerte del que renunció a vivir en vida, a la de los demás.

Imgina que de lo que hablo podría ser la vida... y no hay más.