18.6.08

La carne se rasga
a pedazos se desintegra.
El día espera a la noche,
y la noche a la madrugada:
en vela estoy
negro sobre blanco,

la luz espera a la nada.

Quiero cruzar un puente
con un nómada despierto,
pero la carne se rasga.

Sobre la tierra seca,
desaparecen las pisadas
como si no existieran
o se hubieran hecho
sobre rocas escarpadas.

Languidece la noche
y las venas avanzan
hacia otros ríos de sangre.
Otros caminos,
otros manantiales
agrietan las carnes.

Serán desplazadas
las losas que hoy no se mueven,
pero eso pasará en otra madrugada.