Los escritores no se dejan llevar por las pasiones... meditan al milímetros sus versos, sus palabras y prosas. Es probable que tengan padres, hermanos, historia personal y familiar, pero son objetivos con todo ello. Dejan al margen muchas veleidades y al máximo caricaturizan al retomarlos, ciertos reflejos de aquellos, con personajes moldeados por el bien de la palabra, de la belleza, de la estética o bien de la falta de todas ellas...
La envidia no es objetiva aunque se imponga.
La envidia no es objetiva aunque se imponga.
Las hermosas fotos de Yon Millán