13.9.08

Protusiones cervicales

...La sangre cayó a borbotones por la nuca y hacia abajo: a ambos lados del cuello, empapando la espalda. El ataque había sido de golpe, repentino. Sobre su cuello se abalanzaron dos o tres, mientras el resto sobrevolaba expectante, oliendo la sangre, el crujir de la carne y de las venas. El sonido sobre su perforado cuello, era como el del mordisco de la manzana, pero grosella, amoratado, rubicundo. Las bestias lo eran por sus ciegos ojos, pero también por sus negros aleteos, por los chasquidos de fuego que salían de sus alas.
Estamparon los libros de gotas de lluvia escarlata y de saliva, y de baba. Las hojas se han vuelto cartón, de colores, gruesas, tras el ataque masivo y por la espalda. El dolor no para, no se sostiene... no remite, no acaba. Han dejado dos venas colgando y el cuello agarrotado como una mísera estaca; seco, ajado, como una astilla de pala. La biblioteca recuperó la luz en el momento en que aquellos, a bandazos se marchaban.

... Ni mucho menos se trata de El viajero (masquisieramivanidá)... sino de un fragmento mío..., que trata de alumnos sedientos de tu



Sangre grana...
Sangre grana, sangre cuajada
sangre que a borbotones sale de mis entrañas
Rugidos y revoloteos
Sangre sobre hojas estampadas.
Sangre negra, negra mata
de crines que a los cuellos atacan
Sangre. Sangre rubín y escarlata.

¿Habrá que aprobar a más? Esonosdicendesdecalidá