28.9.09





Lumpinee es el gimnasio que está cerca de mi casa , junto al Bar "los Lunares"  de Tolosa Latour y que en cierta forma ha cambiado mi vida. En realidad asistí allí no para "trabajar" mi cuerpo sino para quemar mis grasas, que estaban aumentando de forma alarmante después de dejar de fumar. Afortunadamente Mª Jesús y Juan, nuestros entrenadores personales como ahora se dice, nos dan caña y he podido (además de quitarle el susto a mi suegra), meterme de nuevo en los pantalones que tenía. 
Al principio empiezas suavito, con Pilates y esas cosas y luego te atreves sorpresivamente con mantenimiento o musculación.

En Lumpinee, me siento una neófita en todo lo que empiezo porque hay señoras, mayores a mí que están en plena forma, y no resoplan al cuarto de hora del inicio de la clase... ni pierden como yo, el paso. La verdad, piensas que eso no te va a pasar  y más a mí que puestos,me bailo un Georgie Dann,pero aún así termina pasando. 
Allí compartes la clase con señores, o chicos (dependiendo del caso), y la verdad me parece estupendo, como la vida misma y una forma más de hacerles ver que las chicas somos muy duras, más de lo que ellos piensan.


Puedo decir que gracias al CONVENIO DE LA UCA, he podido además de  cultivar mi mente, mi cuerpo. Y la verdad, es una forma de despejar se bastante, que recomiendo a todos.  Ser alumna en algún sitio, te ayuda además a relativizar tus métodos y tu actuación docente y a verte quizá con más perspectiva. Así lo hago yo, digo gracias a mis entrenadores personales.

El gimnasio, eso sí, no ha logrado quitarme las ganas de tomar una cervecita. El tabaco, puede ser, cultivar el cuerpo también, pero la cervecita no me la quita nadie.