14.7.14

Solo amor a las palabras

Escasa certidumbre
la de la vaguedad y
de quien se deja
conducir por ella.
Tan sublime y atractiva;
tan accesible y estigmatizada;
tan perversa en su repetición...
tan dulce y humana.
Es la atracción de
todo ser viviente y
la pérdida de sentido
y valor tanto si la tienes
como si la deseas.
Una seductora y
contraria emoción que
se deja
deslizar en los momentos
más cotidianos: más actuales.

Liberados ya de la rutina
del trabajo,
de los confinamientos
carcelarios del invierno:
llegan tardes de hastío veraniego
con tormentas de cama y
zapatillas.
Escasa certidumbre la de
sus explosivas luces;
escondidas de deseo
en trémulos temores,
con pipas desafiantes
sobre una mesa camilla.
Un fogonazo: una pipa
con su correspondiente
carcasa,
y sus lanzas, y ese sabor
que se roe en cada una...
que estalla con cada
mordedura.
 
La certeza termina
cuando piensas que 
te va a envolver la sacudida..
y te va a llevar volando
hacia otro cielo. Te caes
despojándote de tu ropa,
te caes desechando tus
certezas,
te caes hacia un mundo
inanimado y no terrestre...
Hacia la infinita nada,
hacia el vacío abisal.
Y te espabilas cuando
despierta otro trueno
enfurecido y salvaje,
divino y tremebundo que
te advierte que no es fácil
seguir viviendo, al
amenazarte con la muerte.
No son mi especialidad ...                                                                       Frida Kalho
las crisis.  ABPG