Hoy he visto una rubia cabellera que ondeaba con sus rizos Mariling Monroe, sonriendole a la mañana. Era exquisita... al cruzar la calle "Granja de San Idelfonso"; un poco más cerca de la imagen seductora, pude ver, que pertenecía a una albina. Si no es sacarle partido eso!
Otro ejemplo: en mi vecindario vive una enana adulta, que llama la atención paseando del trabajo a casa y de casa a un bar cercano. No se vuelve la gente para mirarla por enana, sino porque es muy elegante: todo haciendo juego, con colores fuertes, complementos, perfectamente maquillada... ¿quien le hará la ropa?
Dice Baudrillard, que la estrategia de la seducción (en el libro que ya cité hace unos días), consiste en resaltar como virtud, lo que en realidad es un defecto, es decir la estètica de la simplicidad y a la vez el artificio.
¿Cómo podría yo reconvertir mis defectos, en artificiosa seducción?, no tiene que ver necesariamente con ser objeto, porque ya sabemos que el objeto seduce al sujeto y viceversa...
