8.12.06

los caminos obtusos del lenguaje

Un acto, tan sencillo como el de hablar, requiere absoluta confianza. Es una cuestión "obvia y obtusa" utilizando las palabras de Barthes. El espíritu de la palabra y de la metáfora entra en nuestras mentes siendo inmaduros y como tal, como juego, lo empleamos sin apenas concederle importancia... y la tiene. Tiene una absoluta importancia en la percepción de las cosas, en la reelaboración mental, que hacemos de ellas..., en su procesamiento y es que el procedimiento del habla determina no solo lo que deseamos expresar, sino que también lo que sentimos al expresarlo y después (cuando hemos dejado de hablar). Es un puzle repleto de sentidos y sgnificados que cada uno concede en cada uno de los intercambios con otros.
Nos adaptamos e intercalamos entre los demás, dependiendo de cómo les expresamos lo más obvio y lo más obtuso. Y ¡hasta lo obvio se vuelve obtuso cuando no dominamos las palabras!.
Aún en nuestra propia lengua madre, hay veces que éstas no fluyen adecuadamente, sea cualquiera la causa; así, nos matizamos, nos corregimos y ensombrecemos nuestra propia imagen ante los demás al hacerlo.
Hoy me encuentro hablando español según los modos italianos (¿No ves?, esta frase no se expresaría así en español)), y cuando me expreso en italiano, suelo emplear los giros españoles. Dicen que quien quiere hacerse entender, se explica... yo pienso que en ello cuentan mucho los amigos, y afortunadamente algunos tengo.