21.6.07

Fagmentos. La huída

Era noche cuajada, se veía como las estrellas tiritaban, a lo lejos…creo que se oía el canto de algún pájaro que se afanaba en dar de comer a sus polluelos -pero eso si me lo han contado, no lo recuerdo-, por lo demás se sentía un pasmoso silencio.
Se balanceaba, solitaria y creciendo, la luna blanca.Fue entonces cuando ella le dijo:
- No tengas miedo, pero necesito hacer una cosa contigo, no te niegues.
- Está claro –contestó él- que no me voy a negar…
- No es lo que esperas, no de momento
- Entonces ¿Qué vas a hacer conmigo?
- Te voy a tapar los ojos. ¿me dejas?, y deslizó rápidamente su largo pañuelo, rozando su cuello; al hacerlo se desprendió un olor a jazmín que quizá fuera del perfume que se había puesto. Dobló sobre sus nalgas con esmero el pañuelo, y se lo apoyó a él sobre la frente primero, preguntándole con un gesto, sin mediar palabras, si estaba dispuesto, una vez creyó tener permiso se lo puso sobre los ojos, y lo ató en su nuca luego. Cuando así hizo, acercó su cara a la de él, rozando levemente sus labios y le dio un beso. El respondió con rapidez, adelantando su huesuda barbilla, con un gesto de avaricia, el de quien desea recibir más de lo que apenas ha probado… pero los labios de ella, ya no estaban. No pudo sino saborear los restos de vaselina que en los suyos, quedaron impregnados.

Ella sonrió, y metió la primera tras balancear la palanca de cambios. Se puso en marcha con cuidado, preguntando si estaba bien y volviendo a decir que no temiera nada. La única respuesta, fue la de un gruñido de expectación y casi desencanto.