19.2.08

Llegaron las vacas:
huesudas y mermadas
vacas flacas.

Creemos que olvidaremos
pero prendidos en la memoria
quedan estos lamentos.

Paren polvo las entrañas
que a bandazos
e intermitentes puñaladas
arrebatan la vida.

El verbo no se expresa
ni existe.
Suspendido está en el cielo,
levitando,
añorando la carne,
recordando tiempos mejores.

Llora la memoria
y crece sobre tierra mojada
las semillas de un Olvido
que de momento, yo,
no he plantado.