lo no deseado...
hasta en el amor.
Puede caer de repente
una estrella,
puede recordar tu pasión.
Qué noches más tristes
las de pañuelos negros.
Ocasos, que no se ven,
luces: que a tu lado
no se encienden.
Qué noches más alegres,
las de los niños...
que esperan que sus deseos
sean por la mañana confirmados
Qué tristes noches
esperando a la nada
que quien a tu lado camina
parece que con ella se escapa,
o al menos deambula a su lado,
borracho, entre poemas y chanzas.
Qué triste es confirmar
que de tí se ríe tu sueño.
Se adora a los dioses
porque a desear enseñan,
sin más.