5.1.09

No merece el trabajo, la pena

Siempre puede ocurrir
lo no deseado...
hasta en el amor.
Puede caer de repente
una estrella,
puede recordar tu pasión.

Qué noches más tristes
las de pañuelos negros.
Ocasos, que no se ven,
luces: que a tu lado
no se encienden.

Qué noches más alegres,
las de los niños...
que esperan que sus deseos
sean por la mañana confirmados
Qué tristes noches
esperando a la nada
que quien a tu lado camina
parece que con ella se escapa,
o al menos deambula a su lado,
borracho, entre poemas y chanzas.

Qué triste es confirmar
que de tí se ríe tu sueño.
Se adora a los dioses
porque a desear enseñan,
sin más.