5.6.09

El campo de batalla intelectual

La vida es finita cuando se ha muerto. Cuando se asciende, por votación popular y populista, la vida es infinita... y el poder, como una virgen a la que desvirgar. Por algo alguien habló de la erótica del poder, que por lo visto se advierte en las composturas que adoptan nuestros pulgares. Y algo que yo ayer describía a alguién, hoy lo suscribo. Podía suceder, y sucede por fortuna aveces, lo que en principio teóricamente no pensamos... algo paradójico, como sucede por ejemplo nuestra Facultad. Ayer decía que estábamos a punto de conseguirlo, con una mujer decana.
Hoy digo más verdades aún: No vale siempre la insiga "mujer" si no hay una promesa, si lo que hay es la tentación por los juegos poco pulcros, poco transparentes, la política de desmontar... todo.
Prefiero un candidato. Y necesitamos un liderazgo.
¿La vida es infinita, más allá de los Planes? y de las acreditaciones?
Mi debilidad se inclina hacia los juegos limpios.