22.7.09

Corrí. Y no paré de hacerlo desde que salí del colegio camino a "Majir"... y es que aún recuerdo aquel sueño en el que entraba en una casa con neblinas de color azul que inundaban los techos.
La ciudad de la que hablo es innombrable, porque representa para mí algo mayor que la libertad. Majir es lo que yo siento cuando miro, lo que veo en el interior de las cosas; es también mi reflejo.
Soy egoísta: creo en que lo que siento y sentí cuando vi la ciudad, y no a las personas. Lo que siento, es lo que quizá quisie vivir... por eso Majir es mi infierno; es lo que yo misma sostengo; es mi mapa de colores, la geografia trazada por los límites invisibles que yo creo.
Allí desee y abrí mis sueños internos, dejando que se soltasen por el aire e inundasen los cielos. Que simple inocencia...!
Majir es la memoria, aquella con la que filtro mis deseos: rojo sobre negro, chaqueta de pana sobre el suelo... Majir está dominada por aquel toro azul, imprevisible sueño; temeroso dulce sueño al que viajo cada noche.
A eso unos le llaman el imposible, otros utopía, yo le llamo deseo.